sábado, 3 de julio de 2010

Los objetivos del milenio: introducción

Dentro de los Objetivos del Milenio, el objetivo número 7 es GARANTIZAR LA SOSTENIBILIDAD DEL MEDIO AMBIENTE y aquí vamos a reproducir el folleto publicado por EDUCACIÓN SIN FRONTERAS, donde nos cuenta como conseguirlo:
"En septiembre de 2000 tuvo lugar en la ciudad de Nueva York, la Cumbre del Milenio. En ella los representantes de 189 estados recordaban los compromisos adquiridos en los noventa y firmaban la Declaración del Milenio.

En esta Declaración se establecía un acuerdo en el que la comunidad internacional se comprometía a “no escatimar esfuerzos para liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema”.
Ese compromiso tomaba forma en la decisión de establecer y conseguir ocho objetivos antes del año 2015. Estos objetivos abarcaban diferentes áreas relacionadas directa o indirectamente con la pobreza extrema: la erradicación de la pobreza y del hambre, la educación primaria universal, la igualdad de sexos y la autonomía de la mujer, la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la salud maternal, el combate contra el VIH, el paludismo y otras enfermedades, la sostenibilidad del planeta y la formulación de una asociación mundial para el desarrollo.

Todos los objetivos tienen como finalidad primordial la erradicación de la pobreza extrema y el hambre pero cada uno de ellos actúa de forma independiente en un ámbito diferente de la vida humana. El propósito es establecer acciones y conseguir logros en cada una de las áreas para que actúen de forma sinérgica, es decir, para que los logros en cada una de las áreas apoyen y faciliten los logros en otras. Así todos los objetivos tienen una estrecha relación entre sí; algunos se tocan e incluso a veces se solapan en sus planteamientos.

Sin duda no se puede entender la mejora de la salud infantil y la reducción de la mortalidad de los niños y niñas sin asegurar que van a nacer y crecer en un medio ambiente saludable; o la igualdad entre hombres y mujeres si a ellas les cuesta la vida dar a luz; o la erradicación de la pobreza si no existe una forma de comercio mundial justa y equitativa.

Aunque hayan sido los estados los que firmaron la Declaración del Milenio sería injusto afirmar que el problema de la pobreza extrema y el hambre es tan sólo de los estados y no de las personas que habitamos el planeta y que lo compartimos como lugar y forma de vida. La responsabilidad sobre lo que en el planeta acontece es de todas las personas que lo habitan y las diferencias entre el poder de unas y otras no es una excusa para no comprometerse en la lucha contra las situaciones que matan a muchas personas y degradan a otras.

El problema es de todos y, si acaso, es más de las personas que habitan en los países del norte, cuyo nivel de vida y situación económica es en gran parte el origen de los problemas del sur.

En cada sector de población, en cada institución, en cada barrio, en cada casa la responsabilidad no recae por igual, pero es una responsabilidad global. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son objetivos de todos y de todas y como tales deben contar con una acción decidida. La población joven es más o menos el 50% de la población mundial y por lo tanto tiene una parte de la responsabilidad.

¿En qué consiste esa responsabilidad? En función de las limitaciones que el modelo social, económico y cultural impone al acceso al poder y a las decisiones al colectivo juvenil se podría pensar que consiste en poco. Sin embargo hay dos factores que son clave para explicar el papel de los jóvenes en esta “tarea”. En primer lugar su papel como futuros hombres y mujeres sobre los que descansa la esperanza y las posibilidades de construir un mundo necesariamente diferente. En segundo lugar su capacidad como fuerza reivindicadora por su atrevimiento, creatividad y fuerza.

Para poder acometer las responsabilidades que a cada persona le tocan en esto es necesario actuar con diligencia, con corrección, con estrategia. Y esa estrategia comienza por tomar postura: ¿estamos de acuerdo con los Objetivos del Milenio?, ¿en qué?, ¿cómo se miden estos Objetivos?, ¿qué podemos hacer?, ¿sabemos lo que pasa?, ¿qué significan las palabras que se usan en los Objetivos?, ¿cuál es la cuota de responsabilidad? Estas y otras preguntas son obligatorias. Es necesario pensar para poder actuar, es necesario discutir y debatir para poder compartir, es necesario saber para poder cambiar.

Este documento que tienes en las manos intenta facilitar ese primer paso: la reflexión, el pensamiento, el debate, la toma de postura ante una situación que no es posible que pase desapercibida y que exige que se elabore una posición personal y se construya con otros una colectiva.

Este cuaderno trata de provocar esa reflexión, ese intercambio y ese debate en torno al Objetivo 7 de la declaración del Milenio: “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”.

Este objetivo pretende entre otras cosas: incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente; reducir y haber ralentizado considerablemente la pérdida de diversidad biológica en 2010; reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento y mejorar considerablemente, en 2020, la vida de al menos 100 millones de habitantes de barrios marginales.

Pero ¿qué es sostenibilidad?, ¿qué influencia tiene en el medio ambiente los viajes y los desplazamientos?, ¿cuál es el impacto ecológico de nuestra forma de vida?, ¿qué tiene que ver la forma de consumo humano con la sostenibilidad del planeta?, ¿y con el cambio climático?, ¿quién es responsable de todo esto? Estas y otras preguntas han de ser contestadas, en los textos de este cuaderno y en las actividades que los acompañan pueden encontrarse algunas respuestas."